José Duluc y su “merengue prillao”*
Un ritmo, un estilo, un
sello propio que está imponiendo el músico dominicano.
M. C./ IP Redacción
Su aspecto informal, desenfadado y alegre llama la atención
allí donde se encuentre. El pelo desordenado, la sonrisa a flor de labios, la
frase ingeniosa, el cigarrillo en la mano o esa habilidad que tiene de
convertir en canción cualquier tema, son algunos de sus sellos personales más
visibles.
Pero llama mucho más la atención cuando se sube a un
escenario, donde José Duluc, el músico, el compositor, el intérprete, pero
sobre todo, el dominicano, se convierte a través de sus canciones en un
contador de historias, en un narrador de cuentos, en un trovador de las
tradiciones, la raíces y la historia oculta del folclor de su isla,
Ésta, aclaramos, no pretende ser una descripción ni de él,
ni de lo que hace. Porque esas son cosas que necesitan ser observadas para
comprenderlas y sentirlas en su verdadera dimensión.
International Press: ¿Cómo comienza la historia musical de
José Duluc?
José Duluc: Desde chiquito. Yo vengo de una familia de
músicos. Nací el 6 de septiembre de 1958 en Higüey, al este del país, donde se
inició el culto a la Virgen de la Altagracia, nuestra patrona nacional. Y desde
los 12 años empecé a estudiar solfeo, trompeta (que abandonó posteriormente)*,
y luego percusión afro.
Con eso en la mochila (con esos conocimientos) empecé a
tocar con uno de mis 10 hermanos por allí, por los barrios, ¿tu ve´?, para
sacar algunos cuartos (dinero).
Ese fue el principio. Después ingresé a la Universidad
Autónoma de Santo Domingo, en donde llegué a ser el primer bailarín del ballet
folclórico de la universidad. Al principio ingresé porque me daban una beca
para estudiar y yo no tenía dinero ni para pagar la matrícula. Pero después me
gustó mucho.
Antes de eso yo había conocido a Luís Días (escucha bien ese
nombre, porque es importante, nos dijo) y formamos el grupo Convite, de donde
sale todo el movimiento de nuestra música.
IP: ¿Y en qué consiste ese movimiento?
J. D.: Este es un movimiento que surgió en los años 70 y que
encabezaron Luís Días, cantante, y Dagoberto Tejeda, impulsor del grupo
Convite.
Este Movimiento tomó conciencia, se inspiró y se fue al
campo a buscar las raíces olvidadas del folclor dominicano para revalorizarlas.
Cuando estuvimos en todo eso (en el campo), vimos que lo que
había (allí) era muy profundo, algo más que sólo música, eran tradiciones
vivas. Por ejemplo, el culto Gagá.
El culto Gagá es una tradición religiosa que habla de la
conexión del hombre con la naturaleza y que tiene una expresión musical. Porque
en general, en el campo dominicano, la música está ligada y es la expresión de
todas las manifestaciones religiosas del folclor. Está ligada a la cosmogonía
de los dioses, a una forma de ver el mundo, a un culto, a una devoción.
Este fenómeno al que hace alusión Duluc, es lo mismo que en
Cuba, donde los esclavos negros llegados de África tuvieron que sincretizar sus
dioses con los de la religión católica para poder adorarlos. Así por ejemplo,
la Virgen de la Caridad del Cobre católica es el dios africano Ochún; San
Lázaro es Babalú Ayé; y la Virgen Santa Bárbara es Changó, entre otros.
Y fue necesario ir al campo a rescatar todo esto, porque en
mi país, el dictador Trujillo (Rafael Leonidas) inició un proceso de negación
total de las raíces nuestras, cosa que continuó (el presidente) Balaguer
(Joaquín) después. Y todavía en la estructura de nuestro país hay una negación
del negro y de lo negro. Por eso nos fuimos al campo, para sacar toda esa tradición.
IP: ¿Y qué tipo de música es esa?, ¿algún tipo de merengue
acaso?
J. D.: En parte, pero principalmente palos, congos, salves,
tonadas, etcétera.
Por ejemplo, el palo es una música afro-dominicana y existen
varios tipos. La base de todos es un ritmo de percusión, y el canto es una
especie de lamento muy profundo. Para dar una idea, es algo así como el góspel
o el blues americano.
Pero en dominicana hubo quien dijo que eso no era música, y
los que la ejecutábamos, fuimos mal vistos. Pero, ahora todos están
interesados, porque está surgiendo con gran fuerza de la mano de Luís Días y
también con lo que estoy haciendo yo.
Lo digo sin querer hacerme notar, pero quizás en mi país,
que es cantante y compositor, y yo, seamos los que más conocemos el folclor
afro, al igual que Tony Vicioso, que vive en Nueva York, David Almengod, José
Roldán y Xiomara Fortuna.
IP: ¿Chichí Peralta es parte de la misma generación?
J. D.: No, él se influenció de esa corriente y entró, pero
en realidad él toca son y música popular. Chichí es un producto de esto, porque
el generador de todo fue el grupo Convite.
Otro que también es alumno de este movimiento es Juan Luís
Guerra, pero él cogió el camino de la bachata romántica con la influencia de
los cubanos, de Silvio Rodríguez en especial, aunque también tiene mucho de
Luís Días.
Yo también he trabajado con Juan Luís y le he dado cosas
(canciones), incluso hicimos un comercial para Ron Barceló que fue muy famoso
en Dominicana, ese que dice: Chivo, chivo, chivo,/ chivo de la loma,/ quién no
ha visto un chivo/ haciendo maromas./ Tengo una semana/ tapando boquetes/ y el
maldito chivo/ vuelve y se me mete.
Eso lo hicimos más o menos en el 87, yo le puse la voz y
Juan Luís los arreglos, porque esa es una canción tradicional.
Luego de eso fue que Juan Luís escuchó un disco de merengue
que hizo Luís Días, y se animó a grabar merengue él también. Porque él es
un gran músico y estaba mirando todo lo
que pasaba en el ambiente.
Pero a él lo quieren presentar como el representante de la
música dominicana, y eso no es así. Si hay alguien que se merece este título,
es Luís Días, porque además de músico, Luís ha estudiado lo que hace. Juan Luís
no, y él lo sabe, y él lo dice en su última producción, que sus raíces son el
rock y el blues, porque Juan Luís estudió en Berkeley (EEUU).
IP: Entonces, ¿palos, congos, salves y tonadas, es decir, el
folclor que rescataron del campo es lo que haces tú?
J. D.: En parte, mi música es un poco difícil de encasillar
en un sólo ritmo o género. Pero lo que sí sé, es que ahora estoy en la madurez
de mi trabajo, en donde tengo la música que yo quería tener, que es una mixtura
de todo lo dominicano con todo lo internacional, pero siempre, rescatando lo
nuestro y para bailar.
Porque lo que quiero hacer es hacer música bailable pero de
contenido profundo, que le pueda revelar alguna verdad al ser humano. A eso yo
le llamo merengue prillé, palabra que le da nombre a una fiesta ritual
dominico-haitiana, donde se toca palos, tambores, hay comida, hay danza. Es
como una reunión, una hermandad.
Con esto estoy iniciando un estilo, mi estilo. Por ejemplo,
La Ciguapa, canción que ha popularizado Chichí Peralta en toda Sudamérica, es
una muestra de mi trabajo, porque yo soy el autor y se la di para que él la
grabara.
IP: ¿A qué le canta José Duluc?
J. D.: A lo que sea, pero sobre todo a lo metafísico. Le
compongo y le canto a eso que no se ve del hombre y con un lenguaje cotidiano,
del dominicano común y corriente, porque yo soy de allí, del pueblo.
José Duluc ha grabado dos discos a lo largo de su carrera, y
recorrido prácticamente todo nuestro continente. Además, ha fundado o formado
parte de grupos tales como Palemba,
Convite, Los Guerreros del Fuego, y actualmente de Dominican, orquesta mantiene
en la ciudad de Osaka, donde reside actualmente
Uno de sus triunfos más resonantes fue haber sido compositor
e intérprete del Carnaval Dominicano 1997-98, principal fiesta popular del país
antillano, que se considera la meca de la música popular quisqueyana.
....
*Debe decir “Prillé”, error del original. Todas las
acotaciones son del original. No necesariamente compartimos las opiniones del
periodista. Duluc no formó parte de Convite, error del original.
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