EL APOYO DEL PÚBLICO A ARTISTAS POR EL GAGÁ
PASÓ LA PRUEBA DE AGUA
Por Alanna Lockward*
LISTÍN DIARIO, LUNES 30 DE MARZO DE 1998.
Durante dos noches el sonido de la lluvia se antepuso al de
los tambores. Por aquello de que somos el trópico impredecible de la vida,
finalmente la pospuesta realización de este encuentro entre dos pueblos
hermanos fue una realidad pese a las inclemencias del tiempo.
“¡Abran los brazos, suban las barbillas, búsquenlo en las
estrellas; recuerden que es a Fradique* a quien le estamos dedicando nuestra
danza!”, Eran las direcciones impartidas por una profesora del Teatro Popular
Danzante de Nereyda Rodríguez. El grupo de adolescentes a quienes se dirigía,
vestían sus uniformes escolares. Con dedicación, practicaban un improvisado
ensayo en la parte trasera del escenario de la Fortaleza Ozama, mientras
esperaban su turno para presentarse en el concierto “Artistas por el Gagá”, o
“Festival de la Isla”. Se quedaron con las ganas.
La lluvia fina que no paró de caer hasta cerca de las 11:00
de la noche, no permitió que ni su grupo, ni algunos otros, pudieran presentar
en el magnífico escenario de la Fortaleza Ozama el fruto de sus esfuerzos. Sin
embargo, los ánimos, tanto del público como de los músicos y bailarines
participantes, desafiaron los inconvenientes desde el principio hasta el final,
un final que se prolongó hasta bien pasadas las 3:00 de la madrugada. Y no es
para menos, porque el programa de "Artistas por el Gaga", que se
inició hace seis años, es tradicionalmente muy ambicioso. Son muchos los grupos
artísticos que apoyan esta manifestación de hermandad entre haitianos y
dominicanos. Esperamos que futuras ediciones consideren alternativas
organizativas para que el programa sea menos largo y más ágil. Los cambios de
equipo, reajustes de sonido y cambios escenográficos complican ampliamente la
fluidez de la producción.
Pero lo ambicioso de este concierto, con la inclusión de
dos importantes grupos haitianos, uno de danza contemporánea Artcho, y otro
musical, Boukman Eksperyans, cumplió ampliamente con las expectativas. A pesar de la tardanza y de que el concierto
ya había sido pospuesto por la lluvia torrencial que bendijo en exceso la
capital en la víspera, el trabajo organizativo de la Fundación Cultural
Bayahonda pasó exitosamente, sino la prueba de fuego, la de agua. Entre
algunos significativos aciertos, la tarima estaba montada por todo lo alto,
literalmente, con una escenografía y un montaje de luces realmente
espectacular. La calidad del sonido también fue excelente. Cuando sonaron
los ritmos del grupo de merengue-gagá de Pedro Carrión, quien tuvo a su cargo
la apertura musical de la noche, los ánimos inmediatamente se encendieron.
Desde ese momento, el fiel y desafiante público asistente no paró de bailar.
Cabe destacar que la asistencia fue considerablemente mermada dadas las húmedas
circunstancias de la noche.
La danza de los “auténticos”
Primero los danzantes del gagá del batey La Ceja, calentaron
la escena con sus coloridos vestuarios y envolventes combinaciones. José
Duluc y los “Mayores”, o responsables de la celebración, danzaban alrededor de
un círculo imaginario, silbando un pito y entrelazando entre sus dedos un
bastón ceremonial. Todo iba muy bien, tan bien que cuando bajaron hacia el
público, la Reina Primera del gagá, “Avispita” tuvo que valerse de su autoridad
para detener la continuación de este ritual que amenazaba con robarse el
show. La razón por la que los Mayores tardaron un poco en hacerse eco de los
reclamos a gritos de “Avispita” son muy comprensibles: en el gagá, cuando se
empieza a bailar y a tocar, un@ sólo se para a coger un poco de fresco y un
trago de ron y seguir, y seguir… El gagá se celebra cuatro días seguidos,
desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección. La Reina del Gagá fue
convincente: “Mayores, cuando esto se acabe nosotros seguimos tocando hasta el
amanezca, pero no podemos hacer bulla ahora, que falta más gente por
presentarse”.
Cuando el grupo haitiano "Artcho" presentó una
lograda coreografía en la que se combinaban elementos del tradicional “rará”
(el nombre haitiano del gagá domínico-haitiano) con técnicas de danza moderna,
un miembro blanco europeo del público susurró: “Estos sí que son
auténticos”. Su opinión, podría
considerarse un error, o en el mejor de los casos, un verdadero contrasentido,
porque en la "autenticidad" no está la validez de una propuesta
artística que se circunscribe precisamente dentro del sincretismo y la
multiplicidad cultural.
Pero, en fin, auténticos o mezclados, los grupos dominicanos
tuvieron una participación brillante, lo que permitiría afirmar que éste es un
verdadero festival de danza contemporánea dominicana. Edmundo Poy, Orestes
Amador, Marilí Gallardo y Ballet Roto presentaron trabajos excelentes.
Esperando a Boukman
Eran las 2:30 de la madrugada y faltaban tres grupos para
que por fin salieran a tocar los integrantes de Boukman Eksperyans, uno de
los más populares representantes de la música haitiana en el mundo.
Algunos abandonaron la noche vencidos por el cansancio. Se
quedaron con las ganas de escuchar a Boukman. Sin duda que antes de marcharse,
otorgaron un voto de confianza a la experiencia de más de veinte años de este
grupo dirigido por una pareja ejemplar: Lolo y Mimerose Beaubrun, voto
extensivo a los organizadores: Senaida Jansen, Xiomara Fortuna, Yacine
Khelladi, Francisco Fabré, Jenny Joa, José Roldan, Marilí Gallardo y Jesús
Nova.
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* La autora es periodista. Agradecemos su colaboración con
el envío de este artículo.
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